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Esta emocionante y acalorada serie entre los Azulejos y los Yankees me recuerda a una conversación que tuve a comienzos de la primavera con Kyle Higashioka.

Durante unos 10 días, les pregunté a varios en la cueva sobre el mejor momento de la histórica temporada de 62 jonrones de Aaron Judge. Varios de los jugadores de los Yankees apuntaron al 10 de mayo, cuando el cañonero le empalmó un cuadrangular a Jordan Romano de Toronto.

Ese primer estacazo de oro en la carrera de Judge sirvió para coronar una remontada de dos carreras en el Yankee Stadium… pero fue apenas su décimo vuelacerca del año.

Entonces, ¿por qué aquel batazo se quedó tan plasmado en la mente de tantos jugadores?

“Creo que todos sabían lo que iba a pasar”, señaló Higashioka. “Siento que incluso sabíamos el pitcheo que lanzarían. Estábamos como, ‘Si le deja colgado un slider, lo va a llevar muy lejos’. Y luego eso fue lo que pasó. Segundo piso. Explotó la pelota. Y también nos gusta ganarles a los Azulejos”.

Esa última parte se me quedó grabada. Recuerdo el gesto que hizo Higashioka cuando dijo lo siguiente: “Y también nos gusta ganarles a los Azulejos”. Recuerden, esta conversación ocurrió mucho antes de todo lo ocurrido esta semana en Toronto, donde se han desprendido múltiples episodios que parecen salidos de una miniserie.

Hemos sido testigos de los ojos de Aaron Judge, plasmados en la transmisión de Sportsnet, derivando en múltiples teorías de conspiración.

“Realmente no entiendo por qué es un tema, para ser honesto”, dijo Judge. “Pero supongo que si sus narradores quieren verlo como una gran cosa, entonces que digan lo que quieran”

Los Azulejos respondiendo insistiendo en que los instructores de los Yankees se mantuvieran dentro de las líneas pintadas para ellos, alegando que Nueva York estaba sacando provecho del lugar de sus coaches para ver la localización de los pitcheos.

“Es una tontería”, dijo Aaron Boone. “Es ridículo, y creo que todos – espero que en ambos lados – lo saben”.

Luego llegó la expulsión del dominicano Domingo Germán, que derivó en una suspensión de 10 juegos, por uso de sustancias pegajosas. El martes, el lanzador de los Azulejos, Jay Jackson – quien fue enviado a Triple-A Buffalo – dijo que estaba enseñando sus pitcheos al momento en que Judge le conectó un jonrón de 462 pies el lunes.

Y no estamos mencionando la lesión de Ian Hamilton, sufrida luego de relevar a Germán tras la expulsión del dominicano. Entonces, sí, ha habido mucho de qué hablar.

“La división en general. Se siente como de ‘vieja escuela’, como cuando Boonie y yo jugábamos”, señaló Brad Wilkerson, el coach auxiliar de bateo de los Yankees. “Tenemos que enfocarnos en lo que tenemos en nuestro dugout y en nuestros jugadores. Hay muchos equipos buenos. No podemos dejar que el ruido externo nos distraiga”.

Wilkerson se vio en una encrucijada el martes, cuando Schneider le gritó al dugout visitante, aparentemente diciéndole: “Cállate, gordo”. Una vez los jugadores se dieron cuenta de que eso fue en dirección a Wilkerson, el grupo de Nueva York se vio alterado. Wilkerson respondió.

“Ha habido de todo un poco”, expresó Boone. “Ciertamente, nosotros hemos enfrentado nuestra dosis de adversidad, pero sigo muy orgulloso de lo que hacen estos muchachos a diario. Me encanta cómo están compitiendo y el lugar en que tenemos nuestro enfoque. Espero que siga así”.

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