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Escrito por: Santiago Castro Ventura

El inefable ministro de Salud Pública y Asistencia Social, con tono enérgico ha proclamado que la mayoría de los médicos infectados por Covid-19 no se han contagiado en los hospitales. Con esa respuesta deja entrever que el personal de salud debe continuar trabajando con pésimas condiciones de bioseguridad. Así como de modo tajante refirió lo anterior, debió proclamar con el mismo ímpetu que sus jefes han proporcionado toda la seguridad necesaria al personal que cubre las atenciones en los hospitales.

Si todo está bien, que lo pregone con el mismo énfasis que utilizó en su «desmentido» de marras. Es más, debe aparecer de modo público en la emergencia o cuidados intensivos de un hospital junto a sus jefes, para que la opinión pública convalide que existe seguridad, pasar 5 ó 6 horas allí. Como hacía Fidel en Cuba, cuando la zafra estaba difícil, que se presentaba en persona y también cortaba caña.

Qué esperan los verdaderos responsables, los que tienen que decidir. ¿Quieren sangre de médicos como en Italia? Acaso no vale ese ejemplo de 33 médicos fallecidos enfrentando el Covid-19 con escasas medidas de seguridad como lo denunciaron los sindicatos médicos en Lombardia Piamonte, Liguria, Emilia y Romaña, donde se han contagiado 4,824 miembros del personal sanitario por la negligencia gubernamental.

La vida de un médico vale más que 5 ó 10,000 pesos.

Lo deplorables es que se escuchan voces sonoras que se encaran ante el CMD imputándole ser agresivo con las autoridades. El CMD tiene por obligación que defender la salud del pueblo y los derechos de sus agremiados. Si corren peligro porque no se les dota de medidas de bioseguridad, la institución no puede conciliar, no puede transigir  sino reclamar de manera militante que ese grave yerro se corrija.

A las autoridades con tiempo se les advirtió las medidas preventivas de lugar en los orígenes de la epidemia e hicieron caso omiso  hoy cosechan los resultados con una alta mortalidad. Ahora esperan que mueran médicos y enfermeras para entonces dotarlos de verdaderos medios de bioseguridad.

Con razón el dirigente médico italiano Filippo Anelli, al cuestionar la incuria de las autoridades de su país  citaba a un poeta que exclamó: Los muertos no hacen ruido, ya no hacen ruido a medida que crece la hierba. Eso es extensivo a todos los lugares como el nuestro donde sus gobernantes se niegan a garantizar todos los medios de bioseguridad necesarios para el personal hospitalario.

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