Oscar Cury reconoce que su padre sentía por él “desdén por causas no esclarecidas”
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En una carta fechada el 9 de agosto de 1983, y de la cual tuvo acceso este medio, revela que Oscar Cury, antes de cumplir 30 años edad que dice él mismo tener en dicha carta, había tenido “experiencias carcelarias”.
Asimismo, se queja de que nadie lo había visto nunca junto a su padre, el fenecido Jottin Cury, “y hay quienes ni siquiera saben que yo existo”, dice en esa carta escrita a puño y letra desde Washington, DC, en hojas con membrete de la embajada del país en esa ciudad, sede en la que durante aquellos años, según supo este medio, fue secretario de la misma.
“Como he podido apreciar con el tiempo, las personas que menos me respetan o valorizan son tú y mami. Desgraciadamente no soy lo que tu hubieras querido, y lo siento de veras, aunque no soy tan malo como me pintas… quizás ahora sea un poco tarde para cambiar esa imagen que tienen tus amigos de mí”, dice en otro párrafo, aludiendo no solo la mala impresión que ambos padres tenían de él, cuya existencia como hijo del doctor Cury pocos conocen, sino también los amigos de ellos y la mala opinión que aireaban sobre Oscar.
Y agrega: “Todo esto te lo digo porque me da la impresión que la poca atención que se le ha dado a mi asunto tiene raíces en esto. Tú sabes muy bien los escándalos de la sociedad y aún los aceptan, respetan y reverencian. Entonces, ¿se me estarían aplicando otros criterios a mí? Lo dudo”, poniendo así de relieve que a la edad que entonces tenía, él había sido piedra de escándalo en la sociedad.
En la página dos se lee: “Que haya tenido incidentes en mi juventud, bueno… eso ha pasado en todas las familias en todo el mundo, a todo nivel y a través de la historia. No es el fin del mundo”. Y más adelante se lee esto otro: “Quizás si fuese Jottincito tu lo matarías, pero tú siempre me has tenido cierto desdén por causas no esclarecidas”, reiterando así su percepción de que su papá lo menospreciaba por motivos que no explica.
En otro párrafo afirma que sus “experiencias carcelarias no le molestan” y admite que a su edad “no había hecho nada para ganarme nada. Bueno, como yo hay varios que disfrutan de los privilegios y que no solo no han hecho nada, sino que han sido y son funestos”, lo que al parecer dijo porque le había pedido a su padre diligenciarle en el gobierno de entonces, que presidía el también fallecido Salvador Jorge Blanco, un nombramiento mejor que el que tenía.
De otro lado, le reclama a su padre que “ponga en su sitio” a sus hermanos Jottin y Julio, quienes no obstante haber sido a la sazón dos adolescentes, los acusó de “estar salidos del tiesto”. Aunque firma la carta como “Oscar (moutonnoir)”, es decir, “Oscar (oveja negra)”, dice querer a su padre “igual que todos tus hijos o más, pues no tengo porque allantarte”, insinuando que sus hermanos “allantaban” al fallecido Dr. Cury, dos de los cuales son abogados de renombre: Jottin, quien fuera juez del Tribunal Constitucional, y Julio, cuya firma de abogados está ubicada en el local de la desaparecida librería Theasaurus de la avenida Abraham Lincoln esquina Sarasota, a quien Oscar ha criticado a través de sus redes sociales con términos impublicables.
En la carta Oscar se queja de que su papá no le daba apoyo: “La increíble falta de apoyo moral que toda la vida he sentido la he tenido que compensar con amistades. Por eso soy amigo de gente que son sinceras, que pasan por lo mismo que yo, y que hasta cierto punto son considerados por moralistas como tú como si fuesen lacras sociales”, lo que parecería una insinuación al criterio que su padre tenía en torno a la homosexualidad o la drogadicción. Y a renglón seguido acusa al extinto Dr. Cury de tener una mentalidad retrógrada: “… tus raíces burguesas te han impuesto un marco de referencia en cuanto a juzgar a las personas se refiere, muy estrecho”.
La carta tiene sello de USA del 10 de agosto de 1983 y está dirigida al extinto abogado a la calle Crucero Ahrens #8, Santo Domingo, DN, lugar donde aparentemente Cury tenía su oficina en aquel tiempo. Este medio trató de enviarle esta carta al reconocido psiquiatra César Mella para que le ofreciera un diagnóstico a partir de su contenido, pero no fue posible contactarlo.