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Randy Portorreal

La juventud siempre ha sido vista como el motor transformador de cualquier sociedad. Sin embargo, en un mundo donde la indiferencia hacia la política parece crecer, es crucial reflexionar sobre el papel que nosotros, los jóvenes, debemos asumir para garantizar un futuro lleno de oportunidades, justicia y progreso.

El desafío de ser joven en política

Como joven de 23 años y miembro activo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), sé lo que significa abrirse camino en un espacio político lleno de retos. Desde los 12 años, la política llamó mi atención, a pesar de ser menor de edad. Crecí viendo a parte de mi familia formar parte del PLD y leyendo sus principios y valores.

Con apenas 15 y 16 años, tomé la decisión firme de unirme al partido, y a los 18 años ingresé formalmente en la ciudad de Puerto Plata.

Allí, creé un espacio único destacándome como fotógrafo y asistente en actividades partidarias. Más tarde, al emigrar a Santo Domingo, las oportunidades dentro del PLD crecieron, desempeñándome como Social Manager y Asesor Político Joven junto a diversas figuras políticas. Estas experiencias me han permitido desarrollar talentos y aprender del compromiso que implica trabajar por mi país.

Esta trayectoria, construida paso a paso, me permite enviar un mensaje claro a todos los jóvenes del PLD y la República Dominicana: no importa cómo comiences, sino cómo terminas. Aunque aún no he terminado, sigo construyendo mi futuro dentro del PLD y estoy dispuesto a avanzar con determinación y constancia.

El PLD como plataforma para la juventud

El PLD, desde su fundación, ha sido un partido que apuesta por la inclusión, la educación y el desarrollo social. Como joven miembro, he encontrado un espacio para crecer, aportar y demostrar que la juventud no es solo una etapa de la vida, sino una fuerza vital para transformar la realidad.

En el PLD, los jóvenes somos protagonistas del presente y el futuro. Nuestro partido nos ofrece herramientas y oportunidades para desarrollar nuestros talentos y convertir nuestras ideas en acciones concretas. He tenido el honor de vivirlo en carne propia, y cada experiencia refuerza mi compromiso de inspirar a otros a ser parte de este proyecto de nación.

La responsabilidad de la juventud

Ser joven en política implica una responsabilidad: prepararnos, capacitarnos y demostrar que somos capaces de liderar con transparencia, ética y compromiso. Debemos ser el ejemplo de una nueva política que se base en el servicio, la empatía y la solución de problemas.

A través de mi camino en el PLD, quiero demostrarle a mi generación que no existen límites cuando hay determinación. Las oportunidades se construyen con esfuerzo, y cada paso cuenta en la búsqueda de un mejor país.

Conclusión

La política no es un privilegio ni un lugar reservado. Es una herramienta poderosa para transformar realidades, y nosotros, los jóvenes, tenemos el deber de utilizarla con sabiduría. Desde el PLD, continuaré demostrando que el futuro no solo se espera: ¡se construye!

Hoy, más que nunca, invito a los jóvenes de mi generación a ser parte del cambio, a tomar las riendas del presente y a construir un futuro lleno de posibilidades.

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